Wednesday, May 21, 2008

VIAJES EN EL MUNDO ANTIGUO

Aqui trataremos de aproximarnos lo mas fielemente posible al tema del comercio en el mundo antiguo tomando como ejes principales las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma. Teniendo en cuenta varias lecturas de historiadores especializados en el tema y las ideas intercambiadas en el seminario de problemas en el mundo antiguo trataremos de construir un texto lo mas agradable posible para aquellos que lo quieran leer .

Es necesario entender que en aquellas epocas el mundo se conocía entrando en contacto con él, ya fuera por medio de contactos amigables para comerciar productos o por medio de las armas para lograr el control de un territorio vital para asentar una población. El desplazamiento poblacional, si bien era una necesidad constante para lograr la obtención de recursos vitales para vida, era también una forma de conocer el entorno, además de permitir el desarrollo de diferentes capacidades humanas en lo político, lo tecnológico y lo económico.

Si bien el comercio sirvio para suplir productos basicos para la supervivencia de ciertas civilizaciones tambien tuvo otras funciones importantisimas. Ademas de ayudar a jerarquizar internamente a las civilizaciones tambien las jerarquizaba externamente, esto quiere decir que a traves del comercio se establecia de cierta forma un control politico de los mas fuertes sobre los mas debiles, consiguiendo asi articular un sistema de cooperacion pero en donde el mas poderoso era el que tenia mas beneficios. Asimismo el comercio fue vital en el esparcimiento de ideas y culturas, a traves de los diversos pueblos se comenzo a dar una difusion de conocimiento, religiones, etc. lo cual dio origen a una cierta sincretizacion cultural y religiosa (caso puntual el de egipto y grecia) y al mismo tiempo creaba tambien ciertas distinciones, ciertos sentimientos de pertenencia ya que al poder ver las diferencias con las otras culturas probablemente se apreciaban mas sus propias particularidades.Los circuitos comerciales en el mundo antiguo fueron exitosos precisamente por la cooperacion entre distintas civilizaciones, lo cual los hizo mas efectivos y extensos de lo que normalmente se podria llegar a pensar.
Finalmente, esperamos que lo aqui publicado pueda servirle a cualquier persona que este averiguando sobre el tema y lo pueda disfrutar tanto como nosotros al hacerlo.



Mesopotamia: El comercio y su importancia en el Proximo Oriente



El area de Mesopotamia fue una zona comercialmente muy activa debido a su ubicación. En primer lugar estaba en el paso de distintas rutas de caravanas y asimismo es la conexión entre el Mediterráneo, el mar negro y el golfo pérsico. Además de estas características geográficas que hacían de la zona muy propicia para un comercio de carácter “internacional”, al interior contaba con dos grandes ríos, como son el Tigris y el Éufrates, que promovían el comercio interior al conectar de manera eficaz el sur con el norte. Es necesario entender que en esta zona el comercio tanto marítimo, como fluvial y terrestre se complementaban, no hubiera sido posible el establecimiento de un exitoso circuito comercial sin el papel vital, por ejemplo, de las caravanas que se desplazaban por los desiertos de la península arábiga.

El comercio se genera en principio principalmente por las necesidades de la población[1], se buscaba la supervivencia y fue ahí en donde jugó un papel primordial, pero a medida que este crecía y se desarrollaba cada vez más, su carácter empezó a cambiar según la jerarquización de la población, la gama de productos intercambiados se expandió de aquellos básicos para la supervivencia a productos de lujo mas apetecidos por las elites como el oro, el marfil, etc. Esto significo el florecimiento de nuevas ciudades y culturas al entrar cada vez más en contacto con diferentes regiones del mundo.


En esta zona del medio oriente es preciso mencionar el papel fundamental que jugaron los fenicios, una civilización que se caracterizo por su gran habilidad marítima, tanto Homero en La Odisea como Herodoto lo mencionan y un escrito que ha generado muchas dudas: El periplo de Hannon. Este relato sobre un rey fenicio que supuestamente viajo por la costa occidental de África[2] hasta llegar al Golfo de Guinea ha generado bastantes dudas entre los historiadores ya que existen varias interpolaciones, pero que de cierta manera nos muestra esa gran habilidad para navegar que poseían los fenicios.




Claro que no podemos negar completamente que las rutas comerciales de los fenicios hayan llegado al África Subsahariana, ya que se han encontrado varios vestigios de cerámica fenicia en Sudan y existen historiadores que afirman que esta fue una ruta que se estableció para adquirir productos apetecidos en las grandes ciudades, Tiro y Sidón, como el marfil, minerales, maderas, animales exóticos y esclavos. Pero de todas formas es necesario mencionar que las relaciones comerciales entre Mesopotamia y Egipto eran muy fuertes, a tal medida que fue Egipto el mayor consumidor de productos mesopotámicos y es muy probable que hayan sido estos los que llevaron estas mercancías hacia el sur del África, ya que sabemos que existía una relación entre Egipto y Nubia (actual Sudan).



Al crecer la necesidad de mercancía en Fenicia, el comercio aumento también, en el mediterráneo se establecieron relaciones con muchas de la islas, tal es el caso de Chipre y Creta, e incluso se llego a establecer una colonia en la península ibérica, conocida con el nombre de Tartessos. Aunque no estamos completamente seguros de si esta ciudad verdaderamente se encontraba en la actual España, si sabemos que era una fuente de metales muy grande (cobre y estaño), además no sería extraño pensar en una colonia fenicia en esta zona del mediterráneo ya que como sabemos los fenicios establecieron una exitosa colonia en el norte de África conocida como Cartago, que perduro durante muchos años continuando con la gran tradición marítima de los fenicios.

Hacia el este las rutas comerciales se establecieron por el Golfo Pérsico hacia la India y muy probablemente hacia la China, aunque es probable que no se tuviera un contacto directo con las tierras del extremo oriente sino que se utilizaba a la India como un punto medio. Los vestigios arqueológicos nos permiten afirmar que existió una relación con la civilización del valle del Indo y que probablemente era en el subcontinente en donde se dejaban y recogían mercancías que iban y provenían de zonas más lejanas del Asia.


La evolución y crecimiento de los pueblos de Mesopotamia, además de depender de una fuerza militar, necesitaron también del comercio para crear las redes comerciales que suplieran necesidades y fueran estratificando y jerarquizando la sociedad para llegar a organizaciones complejas. El contacto directo con distintas civilizaciones permitió el crecimiento tanto físico como cultural de grandes ciudades, como lo fue por ejemplo Tiro, y permitió establecer circuitos comerciales que se mantuvieron durante varios siglos.




Notas al pie
[1] Las condiciones climáticas de Mesopotamia históricamente han sido muy difíciles, además los dos grandes ríos (Tigris y Éufrates) eran muy difíciles de manejar ya que era imposible controlar sus desbordamientos, caso totalmente diferente al Nilo en Egipto.
[2] La expedición de Hannon probablemente se hizo con la modalidad del cabotaje, esto quiere decir que realizaban jornadas de viaje cortas y manteniendo siempre la vista de la línea costera.



Egipto: De Sinuhe y su huida de Egipto a la Alejandria de los Ptolomeos



La historia de Sinuhé, un texto corto del que surgen varias interrogantes, que sirven para aproximarse a una descripción de las costumbres egipcias, modalidades de intercambio, y ante todo es un escrito que exhibe el temor del hombre egipcio a morir fuera de su territorio, poniendo en evidencia una vez más el significado de la muerte en Egipto y su relación con la corporeidad.

Sinuhe, fue una persona importante en la vida del antiguo Egipto que es obligado a huir por los problemas de sucesión que se cernían sobre el a raíz de la muerte de Amenhotep; a causa de esto es obligado a exiliarse y convertirse en amigo de un “hombre de las dunas”. El problema que enfrentan los viajeros egipcios es la muerte, pues no tendrán en el exterior un entierro al estilo egipcio, esta razón es lo suficientemente fuerte para que Sinuhe abandone su familia y vuelva a Egipto. Se puede concluir que este tipo de historias tienen una similitud con las de José y Moisés.

En el Egipto Ptolemaico es muy importante el “binomio” comercio/política, dicho aspecto se puede ver con especial relevancia bajo el gobierno de Ptolomeo VIII Evergetes II. En los viajes de Eudoxo (comerciante romano) se destaca el vínculo existente entre el comercio y las manifestaciones culturales, otorgándole una relación de causalidad al sincretismo resultante, que integró expresiones culturales egipcias y griegas.

Como los egipcios no sólo comerciaban con los itálicos, sino con otros pueblos como los persas en tiempos de los Ptolomeos, y debido a las nuevas rutas marítimas comerciales que se comenzaban a establecer con la India, esto hizo que Egipto comenzara a adquirir nuevos productos para los comerciantes romanos, pero que para ese entonces no eran muy importantes, debido a que hasta ahora se daban a conocer. Así, Egipto utilizo su posición geográfica como punto de partida para desarrollar su economía y de logística militar.

Eudoxo de Cízico, emprende cuatro viajes hacia la India en busca de especias, piedras preciosas y demás mercancías; habiendo completado la primera expedición a la India, a partir de ese momento realizó dos viajes más, pero tuvo algunos problemas con sus mercancías en Egipto y la primera vez en Roma, pues en la mayoría de los casos los productos que traía de la India eran confiscados, ya fuera por decisión de Ptolomeo VIII Evergets II, al creer que Eudoxo se quedaría con gran parte de la mercancía o por las dificultades que se presentaban en algunos momentos entre Egipto y Roma[1]; el ultimo por diferentes circunstancias no lo termina. Ahora bien las relaciones entre Roma y Egipto helenístico fueron muy estrechas y de gran reciprocidad dado que las relaciones que se establecieron fueron básicamente comerciales antes que de orden político.

El carácter predominantemente marítimo del comercio de los egipcios ptolemaicos en contraste con el carácter fluvial de sus antecesores, característica ostensible en las imágenes de los templos, las cuales nos acercan discretamente a la cotidianidad egipcia durante la antigüedad. Además, se debe destacar a Alejandría como el principal puerto en tiempos de los Ptolomeos y los romanos.

Se deben tener en cuenta los siguientes aspectos para el tema tratado:

Desde su historia más remota, Egipto es considerado como un país fluvial, cuya economía se vio determinada por factores ambientales como lo son las crecidas del Nilo, impactando de manera determinante las rutas comerciales.[2]

Existen datos que señalan que la navegación estuvo presente incluso desde el predinástico (ca. 3.200 a.C.), favoreciendo el comercio en el interior del territorio y los intercambios con grupos humanos diferentes especialmente hacia la zona norte, mucho más “abierta” a este tipo de contactos. Sin embargo, durante el período helenístico, es decir desde las conquistas de Alejandro Magno hacia el 334 a.C. aproximadamente hasta la incorporación definitiva de Egipto al dominio romano en el 31 a. C [3] se introdujeron cambios que influirían en la economía del momento.

En principio el comercio en Egipto era una actividad terrestre principalmente, que fue adquiriendo “complejidad” demandado el uso de vías marítimas las cuales agilizaban el procedimiento y minimizaban los “costos” que con frecuencia eran afectados por la piratería terrestre. Esto a su vez, promovió la construcción de asentamientos humanos a lo largo de las costas desde la época helenística.

En tiempos de Tutmosis III Egipto experimentó gran expansión comercial, y aproximadamente hacia el 1200 a.C. el comercio presentó un auge importante, involucrando productos que iban desde perfumes, ropas y metales hasta sirvientes.

La navegación fluvial fue predominante hasta la llegada al poder de los Ptolomeos, dado que son precisamente éstos, quienes potencian la navegación marítima. Cabe mencionar aquí, que hubo distintos tipos de embarcaciones, lo cual es predecible teniendo en cuenta los cambios insertos. Estas embarcaciones que en un principio eran de carácter fluvial siendo grandes y “frágiles”, requiriendo intermediarios para completar sus empresas, fueron desplazadas por el uso de embarcaciones más adecuadas al transporte marítimo.

En el Egipto Ptolemaico, Alejandría se consolida como el centro comercial más importante del Mediterráneo, dejando en un lugar secundario a las ciudades del interior del país; permaneciendo así, incluso hasta el final del Imperio Romano de occidente y favoreciendo la formación de ejes comerciales como el caso Delos-Alejandría, constituyendo el monopolio de algunos productos de estricto control. Dicha característica propició el carácter heterogéneo de su población, constituida en un 90% por extranjeros; personas que inmigraban en busca de riquezas, siendo Egipto ya el país más rico de la Antigüedad, atraía la atención de propios y ajenos.[4]

Las narraciones sobre los distintos periplos de personajes como Eudoxo, Ofelas, Hannón e Himilcón entre otros, nos ofrecen una perspectiva del difícil acceso a las rutas comerciales y su mantenimiento. En medio de sus relatos los factores ambientales encuentran protagonismo positiva o negativamente y a su vez el pillaje (tribus del desierto, nómadas, etc.) y la ausencia de refugios seguros hallan mención y trascendencia; es por ello que dichas rutas se realizaban en caravanas ya fueran terrestres o marítimas para disminuir los riesgos de las expediciones.

Las exploraciones de carácter militar, tenían como objeto además de la ocupación permanente del personal del ejército, el hallazgo de nuevas rutas comerciales y el contacto con diferentes grupos humanos para la concreción de distintos propósitos que iban desde el expansionismo territorial, hasta el abastecimiento de materiales fueran de lujo o de primera necesidad.

A través de los relatos se ha conocido, pese al registro limitado de los productos, los artículos y la materia prima que era comerciada desde y hacia Egipto. El incienso y la mirra, indispensables en los ritos funerarios, eran importados de un lugar llamado Punt (aparentemente ubicado desde la región oriental del Alto Nilo en el norte de Etiopía, hacia el Mar Rojo). De este lugar existen registros en varias inscripciones que nos acercan a labores del ejército relacionadas con el comercio.

Los egipcios además manejaban un comercio de lujo en el que el oro, las plumas de avestruz y las piedras preciosas eran los artículos primordiales. Es conocido también que la madera, los animales, el marfil y los productos cosméticos tenían lugar entre la gama de “mercancías” en demanda. Por otra parte las inscripciones nos muestran que Egipto era exportador de algunos animales, oro, papiros, textiles en lino y productos de manufactura. La disposición de los productos en regiones donde Egipto no tenía control se realizaba mediante el “pago” de éstos, mientras que en cambio, en los territorios donde Egipto ejercía poder, dicha apropiación se daba automáticamente y sin mayores inconvenientes.

Por último las rutas comerciales establecidas por otros pueblos como el caso de los persas, y su ruta entre el Indo y el Mar Rojo, tuvo impacto en el comercio de la región. La presencia de los romanos, los cartaginenses, los fenicios y pueblos del mar generaron caminos de comunicación y comercio que harían la diferencia en el intercambio cultural y económico de todo el Próximo Oriente.

A continuación se expone una lista de los productos y su origen o destino que sustentaban el comercio de Egipto:

· Objetos desde el Levante hasta Asia. Llegan:
o Carros sirios.
o Ganado de Asia Menor.
o Alimentos de Chipre.
o Sirvientes asiáticos y semitas.
o Ropajes de Siria.
o Perfumes de Arabia del Sur.
o Incienso, marfil y maderas raras de Punt.
o Cobre de Chipre.
o Plata de Asia Menor.

· Egipto envía:
o Oro de Nubia.
o Papiros.
o Textiles de lino.
o Productos diversos de sus talleres.
o Un rey de Chipre pide caballos, carros, una cama de madera rara dorada, vestidos de mujer, jarros de aceite de alta calidad




Notas al pie
[1] MEDEROS, A. y ESCRIBANO COBO, G. (2004). Los periplos de Eudoxo de Cízico en la Mauretania Atlántica [en línea]. En Gerión 22, núm. 1, pp. 215 (2004) [fecha de consulta: 8 de abril del 2008]. Disponible en .
[2] Heródoto, (s.f.), “Navegación” en Los Nueve Libros de la Historia, [en línea] disponible en http://historia.fcs.ucr.ac.cr/biblioteca/historia/Herodoto-LosNueveLibrosdelaHistoriaT-II.pdf, recuperado el 06 de abril de 2008.
[3] Rodríguez, R. (2004), “Estado, Etnicidad y Relación Interétnicas en el Egipto Ptolemaico” [en línea] disponible en http://www.transoxiana.org/Jornadas/JEO2004/rodriguez-egipto.php, recuperado el 08 de abril de 2008.
[4] Amela, L. (2005), “Comercio y política en la antigüedad: Tres epígrafes de Delos con relación al Egipto Ptolemáico.” [en línea] disponible en http://www.ucm.es/info/documen/articulos/art_tercera/art_amela.pdf, recuperado el 07 de abril de 2008.





Grecia: Colonizacion y barbaros




Grecia, “cuna de la civilización occidental”, es un capítulo de la historia imposible de cerrar, los procesos en el acontecer griego junto a su incuestionable desarrollo, ameritan el estudio concienzudo de aquellos factores que jugaron parte indispensable en la consolidación y expansión de la Grecia que permanece anclada de forma inevitable en la memoria de occidente.

Grecia no sólo tuvo expansión geográfica, junto a ella el proceso de intercambio cultural incluyó la difusión de valores y características que incluso en la actualidad encuentran eco. Sin embargo, muchos se siguen cuestionando de qué manera un pequeño pueblo de geografía fragmentada logró tener el impacto alcanzado y más aún cuáles fueron los elementos que constituirían el engranaje para la consecución de aquello. Los interrogantes sobre las verdaderas causas que estimularon este “deseo expansionista” (si es que en verdad lo hubo) aún forman parte del terreno de las especulaciones.

Para empezar, cabe destacar que la geografía influyó en forma determinante. Por un lado montañosa y de predominio insular, la pobreza del suelo griego no ofrecía en muchos casos las condiciones óptimas para el desarrollo de la agricultura, es por tal razón que los estudiosos arguyen la necesidad de los primeros griegos para hacerse a la mar, iniciando con una navegación costera que a la postre desembocaría en las primeras incursiones en el mar Mediterráneo.


Esta cercanía al mar contribuyó a la existencia de comercio, aunque este no era exclusivamente marítimo, ya que hay evidencia de que había comercio terrestre. El comercio ha sido concebido como una de las principales causas para la expansión “física” de Grecia y de otros aspectos de orden social y cultural en el marco del intercambio de productos que incluían cereales, vino, cerámica, productos de pesca, plata, ámbar y oro. Es irrefutable admitir que fuera del “comercio oficial” la piratería era un fenómeno común entre estos pueblos y por tanto además de los productos ya mencionados, en la antigua Grecia se comerciaba con mujeres y niños los cuales eran vendidos como esclavos. Para muchos el comercio en la antigüedad constituyó una de las formas de constitución de ese espíritu de identidad que afianzaba el “encuentro consigo mismo” a través de la identificación de las diferencias con “el otro”.


Las fuentes nos señalan que la expansión griega tras extenderse por el Mediterráneo, alcanzó incluso tierras británicas. Los vestigios, la cerámica encontrada y los mitos sobre los grandes héroes, hacen parten del material que sustenta tal hecho. Una leyenda irlandesa, titulada Lebor Gabala Erenn, o mejor conocido como el Libro de las Invasiones, relata precisamente invasiones que sufrió la isla de Irlanda, que provienen del Mediterráneo. Existe otra narración llamada La Historia de los Reyes, narra las aventuras de Brutus, nieto de Eneas, en Inglaterra. De esta manera se legitima la presencia griega en territorios extranjeros sustentando su permanencia en ellos.


La colonización de estas nuevas tierras era un complejo proceso de orden social y político. Es sabido que las confrontaciones entre los aristócratas de las poleis influyeron en el traslado de estos hacia lugares diferentes a estas ciudades estados. Este proceso de fundación de colonias y aldeas era “presidida” por un líder el cual pertenecía a la aristocracia y quien se constituía como la cabeza fundamental del grupo. En una especie de ritual en el que se encendía el fuego fundacional, se consagraba el nuevo espacio jugando papel determinante el sentimiento religioso, trasladando a la nueva colonia sus “códigos de valores”.

Otro aspecto importante es la tan mencionada hospitalidad griega que al parecer era circunscrita a las élites. La Odisea ha sido tomada como punto de referencia para fundamentar la afirmación de la hospitalidad griega, sin embargo, son cuestionables los reales intereses que yacían detrás, es decir, es pertinente asumirla como una táctica política para ostentar al otro el poder del anfitrión.

Por último es deber mencionar que existen agujeros negros en la historia de la antigüedad dificultando así una reconstrucción más fiel del pasado. Las escasas fuentes, la distancia histórica y para el caso griego la edad oscura (época en la que desapareció la escritura), hacen que el viaje en el tiempo, hacia lugares y momentos ya remotos, sea una difícil empresa.

Sean cuales fueren los motivos definitivos de la expansión griega, sean estos conscientes, intencionados, casuales, o por inercia, la verdad incontenible es que desembocó en “la conquista del imaginario colectivo”.
Roma: Del peligro germano al control provincial del Imperio
Roma, al igual que los grandes imperios y reinos de la Antigüedad – e incluso de épocas no tan antiguas – se construyó gracias a su imponente aparato militar, a su notable poder económico e incluso, gracias a prácticas políticas que hicieron de Roma un “sinónimo de violencia”. Otro aspecto importante lo presenta el miedo romano hacia los pueblos que habitaban en sus fronteras y que se encontraban fuera de los territorios que dominaban, como los pueblos bárbaros o germanos del norte de Europa. Los romanos, así como los griegos, los veían como pueblos que se encontraban por fuera de su naturaleza, y por ende debían ser conquistados o mantenidos a raya para que no fuesen a afectar su poderío; cuestión importante si se tiene la reputación de guerreros que tenían estos bárbaros. Así las cosas, Roma desarrolló entonces ciertos mecanismos de defensa, o tal vez más útiles en el corto y mediano plazo, para lograr que estos pueblos estuviesen bajo su control, no sólo en el plano político, sino también para facilitar el tránsito de mercancías y de productos hacia las ciudades más importantes del Imperio, en virtud de las necesidades de una población cada vez mayor, diversa y compleja de manejar.
Las transformaciones políticas, económicas y sociales del Imperio buscaban pues mantener bajo control los recursos del Imperio, tanto por la necesidad de hacer un mejor uso de ellos como por las amenazas que sobre ellos existían por parte de quienes habitaban en sus límites. Roma entonces dejaba de ser una furtiva cazadora de tesoros, para convertirse en una defensora de los recursos que necesitaban para sobrevivir. A continuación, se presentarán 3 ideas sobre las implicaciones del control provincial del Imperio romano, siendo estas: a) las dinámicas comerciales en el Imperio, b) el control político y territorial del nuevo modelo administrativo y c) algunas reflexiones sobre la visión del bárbaro en Roma antes de su derrota y posterior transformación.


a) El comercio y la necesidad de recursos
Hablando del movimiento comercial romano se puede decir que Roma no se interesó por establecer rutas comerciales organizadas, sino que más bien fueron surgiendo espontáneamente a través de sus intervenciones en el mediterráneo y los territorios conocidos en el mundo antiguo. Durante las guerras además de las tropas militares romanas, una caravana de comerciantes e interesados en la venta de productos acompañaban a los soldados durante las campañas aprovechando el momento de la repartición del botín de guerra. Aunque existieron rutas comerciales (por medio de las cuales tenían cierta prioridad algunos bienes de lujo que las familias más ricas estaban en capacidad de adquirir) el poder central en Roma o en las provincias no se interesó por el mantenimiento o planeación de las rutas. Tal vez sea una de las grandes debilidades que presentó Roma (bien durante el período republicano o el período imperial) fue el escaso interés en fortalecer su economía y lazos comerciales: la preocupación de los gobernantes romanos estaba enfocada hacia la economía local (especialmente el comercio de bienes en Roma), así como a la expansión y defensa militar de sus territorios.
Aún establecida entonces la institucionalidad romana (léase durante la República o durante el Imperio), no se había demostrado un interés principal en el mar, aún cuando este había sido importante para los griegos, su referente de vida. Sólo durante la primera guerra púnica, tras su victoria sobre los cartagineses, se convertirán en una potencia marítima del Mediterráneo (La batalla de Actium es un ejemplo de ello) Gracias a ello, Egipto, importante imperio de la Antigüedad, pasaría a ser el granero de Roma, un importante territorio que garantizaría la provisión de bienes (alimentos en especial) para una ciudad y un territorio con alta demanda de bienes de primera mano.

Ante un constante contacto con otras culturas, el aparato militar romano permitió expandir las fronteras tanto de la República como del Imperio, permitiendo así un mayor control territorial. Adicionalmente, este proceso puede haber obedecido también a razones económicas, sobretodo por la gran necesidad de proveer comida a su población cada día en aumento y más adelante para poder satisfacer las necesidades de la elite de productos de alta gama por así decirlo. Esta expansión comercial dio cabida a las provincias que como se comento en clase eran extraordinariamente independientes, hasta el punto que a Roma no le importaba lo que pasara en ellas en cuanto la capital siguiera recibiendo beneficios y riqueza de ellas.
El romano del común tenía acceso a productos del comercio interno, como los alimentos básicos (pan, pescado, aceites, vino) y sus herramientas de uso diario (platos, vasijas, sartenes), que también provenían de la comercialización dentro de las fronteras romanas. Con relación al comercio de bienes de lujo, la elite romana tenía acceso a productos provenientes de lugares lejanos como China o la India. En el subcontinente indio se han encontrado en excavaciones y actividades arqueológicas una gran cantidad de monedas originarias de Roma. Se dice que durante la época de Augusto cada año partían a la India cerca de 100 barcos, este comercio se vio probablemente beneficiado por la famosa ruta de la seda, la cual permitía el comercio con el extremo oriente pero también por el gran desarrollo naval de Roma. Este periodo se caracteriza por el auge comercial y el desarrollo portuario y de canales en la parte sur de Italia, con puertos como Nápoles, la figura importante del río Tiber y el desarrollo de la ciudad portuaria de Ostia.
b) La política y el control territorial
Los romanos habían intentado el control de los pueblos germanos tratando de mantenerlos en las orillas o límites del Imperio. Seguían los romanos la línea griega en ese aspecto, puesto que era conocido que eran guerreros notables, y la gran preparación militar de los romanos podría ser – en algún momento- insuficiente ante la capacidad de combate de los germanos. Las acciones militares de Julio Cesar en la Galia habían sido exitosas sin duda en cuanto a mantener bajo control – y “a raya” – a los cada vez más numerosos germanos, pero eran triunfos que sólo lograban reprimir la acción de estos pueblos: las pasiones contra los romanos no se prevenían, y toda esa represión social estaba sentando las bases para una futura acción – violenta – por parte de los pueblos invadidos.

Roma tenía intereses definidos en las provincias, y al ser la población un aspecto secundario en todo esto, se refuerza la tesis de una posible acción en contra de aquellos que generaban las condiciones para mantener un bajo nivel de vida en cada una de estas provincias. Los romanos habían enseñado a los germanos el modo de vida urbano, y entre los siglos I y II d.C. se había logrado mantener la paz en todo el territorio. Los pueblos germanos habían sido intervenidos por el Emperador, tomando algunas características de ellos para facilitar su administración y la captación de los tributos. El aparente escenario favorable para Roma por cuanto se permitía a los pueblos vivir bajo algunas de sus tradiciones no parecía ser así: los pueblos germanos hacia el siglo III d.C. comienzan sus ataques en diferentes provincias del Imperio, logrando que Roma buscara la forma de llegar a ciertos acuerdos que, de nuevo, por su innegable pragmatismo, condujeron a Roma hacia el final de sus días como Imperio (al menos en su parte occidental, tras la partición de Diocleciano)

De igual forma los emperadores romanos, al establecer acuerdos con ciertos pueblos bárbaros para recibir tierras en los límites del Imperio y así solucionar problemas de seguridad en las fronteras, entregaba en manos potencialmente hostiles en contra de ellos la responsabilidad de combatir a pares suyos. La presión de los pueblos invasores desde el siglo III d.C. hasta el siglo V era incontenible, y las provincias mostraban entonces su falta de efectividad en el dominio de la población germana especialmente. La decadencia de las condiciones de vida urbana planteaba que el modelo adelantando en la península itálica había entrado en una crisis irremediable, y sumado a la falta de recursos para sobrevivir establecían un escenario más que adecuado para que estos pueblos se liberaran de la contención a la que se veían sometidos para atacar – acaso eliminar – a la fuente de la mayor parte de sus males.

“Es dudoso que el sistema romano de gobierno provincial llegara a ser popular entre los súbditos, en especial en Oriente y entre los griegos, que tan alto estimaban las puras formas externas de autogobierno e independencia política. Pero, aparte de eso, la forma real de gobierno era tal, que no garantizaba los derechos y la justicia a los provinciales (…) Pero el Senado y los magistrados romanos veían las provincias como "propiedades del pueblo romano" (praedian populi Romani), en cuya prosperidad se interesaban muy poco. Hubo, en verdad, no pocos gobernadores honestos que deseaban el bienestar de las provincias.”[1]


c) Los valores romanos y los bárbaros
En último lugar, valdría la pena hacer mención a las tensiones existentes entre los romanos y los bárbaros a partir del choque entre sus sistemas de valores. Por una parte, los romanos con un sistema similar al griego, en especial en el trato hacia los pueblos bárbaros. Por el otro, los bárbaros con un sistema que al entrar en contacto con las ideas cristianas a partir de Constantino marcaría, de alguna manera, las transformaciones del Imperio a partir del siglo V d.C. Tácito (escritor romano) hará referencia a cierta decadencia en el sistema de valores romano, acusando a los bárbaros de tal situación. Es preciso aclarar entonces que no hubo tal decadencia, o que no puede ser imputada tan categóricamente a los bárbaros, por cuanto el quiebre en el sistema de los valores tradicionales romanos es evidente tras la conversión al cristianismo.

Una lectura romana – como la sugerida por Tácito – daría a entender que el creciente poder de los bárbaros sólo fue posible porque estos habían tomado ciertos atributos perdidos de los romanos. Así las cosas, Tácito reivindica el triunfo bárbaro sin ninguna discusión, pero también reivindica (tácitamente) a Roma, mostrando a este pueblo bárbaro como un enemigo digno de la grandeza de Roma. En ese orden de ideas, habría que advertir que los bárbaros se convirtieron al cristianismo antes y después de la conquista de Roma, elemento fundamental para entender – esencialmente – las transformaciones del Imperio Romano de Occidente, y el rol que jugaría el cristianismo el ordenamiento político y socio-económico de Europa.
Habría que destacar también el punto de vista propuesto por Salviano, con relación al trato dado por los romanos a los germanos, así como por el miedo que les tenían. El temor que le tenían era sólo comparable con la magnitud de las medidas represivas que tenían lugar sobre ellos. De igual manera, así como muestra a los germanos como pueblos violentos y de no fiar, no es muy generoso con los romanos, a los que cuestiona en sus maneras y costumbres, de forma tal que los germanos terminan siendo una parte del círculo de violencia que Roma brindará durante el fin de la República y gran parte del Imperio:

"So the poor are despoiled, the widows sigh, the orphans are oppressed, until many of them, born of families not obscure, and liberally educated, flee to our enemies that they may no longer suffer the oppression of public persecution. They doubtless seek Roman humanity among the barbarians, because they cannot bear barbarian inhumanity among the Romans. And although they differ from the people to Whom they flee in manner and in language; although they are unlike as regards the fetid odor of the barbarians' bodies and garments, yet they would rather endure a foreign civilization among the barbarians than cruel injustice among the Romans"[2].

A manera de conclusión

En líneas generales, puede verse en el aspecto comercial la precaria planificación de Roma en la mayor parte de sus asuntos. Es decir, si bien es difícil referirse a un proceso con amplio sentido en la Modernidad para hacer referencia a una cultura del siglo V d.C., si es posible afirmar que los romanos construyeron su camino hacia el poder “sin pensarlo”, aprovechando las oportunidades que poco a poco se fueron presentando. Las transformaciones sociales, políticas y económicas no demandaron un trabajo riguroso por parte de las autoridades de la época, como si de atención para evitar que los enemigos de Roma (así como los potenciales) pudiesen poner en riesgo su existencia, tanto por el control de los territorios como de los recursos que necesitaban para subsistir.
Notas al pie
[1] Rostovtzeff, M. “Las provincias romanas”, (en línea), disponible en: http://www.webhistoria.com.ar/articulos/48.html, recuperado: 19 de abril de 2008
[2] SALVIANO. (Ca. 440 d.C.). Romans and barbarians. Recuperado de http://www.fordham.edu/halsall/source/salvian1.html, el día 13 de diciembre de 2007.
Bibliografia General
Mesopotamia
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“Rutas comerciales terrestres y marítimas de los fenicios” recuperado de: http://www.dearqueologia.com/cartografia_hispania/rutas_comercio_fenicio.jpg el 5 de Abril de 2008.

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